Cuando la insulina lleva la glucosa al músculo se trasforma en glucógeno (otro proceso muy importante que recomiendo que lo leas) pero el problema viene cuando las células musculares están llenas y las hepaticas también. En muchas ocasiones llenas, por culpa de llevar una vida sedentaria.Estas células no responderán a dicha hormona y no dejará que la glucosa se almacene en sus células. Esa situación, provoca que el páncreas deba generar más insulina para que la glucosa sea eliminada del torrente sanguíneo y sea automáticamente almacenada en las células adiposas, en forma de grasa saturada.
Por lo tanto, necesitamos que nuestras células hepáticas y musculares sean lo más sensibles posible a la insulina para poder recibir el máximo de glucosa, ser almacenada y utilizada de la forma más eficiente. Dicho con otras palabras, cuando entre glucosa en la sangre y la insulina la lleva a las reservas musculares y hepáticas estas no deben de estar llenas para evitar que la insulina tenga que llevar a la glucosa a las células grasas y por lo tanto engordar.
BENEFICIOS DE UN BUEN USO DE LA INSULINA
BENEFICIOS DE UN BUEN USO DE LA INSULINA
- Se utilizará de forma más eficaz la energía, utilizándose menos las proteínas (glucógeno) como reserva de combustible.
- Los niveles de energía aumentan, lo que hace sentirnos más fuertes y con ganas de realizar más ejercicio.
- Los niveles de glucosa en sangre se mantendrán estables porque se almacenará de forma correcta en músculos e hígado y prevendrá de problemas en el corazón y del aumento de los triglicéridos.
- Mejorará la absorción de proteínas en el tejido muscular, lo que hará que el músculo sea más potente e incluso aumente de tamaño.
- Se quemará más grasa porque no se necesita tanta insulina para almacenar el exceso de glucosa.
- Os podreis tomar dietas con más hidratos de carbono y por lo tanto, más compensadas y eficientes.
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